Teniendo en consideración la relevancia que hoy tiene la energía, es importante entender la forma en la que la consumimos, cuales son las principales fuentes a las que apelamos para atender la creciente demanda que se registra y la manera en la que se orientan los esfuerzos para revertir los graves impactos ecosistémicos que han generado años de consumo de combustibles fósiles, cómo se están dando los procesos de reconversión y los niveles de inversión que hoy se registran.
¿Qué tanta energía alternativa consumimos?
De acuerdo al Reporte 2017 del REN21 sobre la situación mundial de las energías renovables[1], las estimaciones hablan de niveles de consumo por fuente de energía que se encuentra en estos niveles actualmente:
- 4% Combustibles fósiles.
- 3% Energías renovables. Dentro de estas encontramos:
- 2% Renovables modernas.
- 2% Generación de Calor: Solar / Geotérmica / Biomasa.
- 6% Energía hidroeléctrica.
- 2% Renovables modernas.
- 6% Generación de energía eléctrica: Eólica / Solar / Biomasa / Geotérmica.
- 8% Biocombustibles para transporte.
- 1% Biomasa tradicional.
- 3% Energía nuclear.
Como puede apreciarse con claridad, nuestra dependencia a los combustibles fósiles en la actualidad es de cerca del 80%, dejando un espacio de solo el 19.3% para las energías renovables y un escaso 2.3% para la energía nuclear. A pesar de que en los dos últimos años la inversión en este segmento de la economía superó los USD 312.200 millones en 2015 y los USD 241.600 en 2016[2], la conclusión a la que podemos llegar es que con los actuales niveles de transición hacia estos tipos de energía las posibilidades de darle cumplimiento al ODS No 7 y a las metas planteadas en el Acuerdo de París de 2015, entre las que se destaca la intención de mantener el aumento de la temperatura por debajo de 2°C con respecto a niveles preindustriales.
Es importante tener en consideración que el mercado mundial de energía abarca tres grandes segmentos: electricidad, transporte, calentamiento y enfriamiento. En lo que respecta al primero los avances pueden calificarse como significativos, toda vez que durante 2016 se consiguió un nuevo record al lograr añadir 161 Gigawats (GW), equivalentes a un aumento de cerca del 9% de la capacidad del año inmediatamente anterior[3]. Dentro de esta importante adición de capacidad de generación la más destacada de todas es la de energía solar, la cual contribuyó con el 47% de los incrementos totales, seguida por la eólica con un 34% y luego la hidráulica con 15.5%.
Hoy existe un importante consenso a nivel global al respecto de la necesidad de la migración del uso de fuentes no renovables y en particular de combustibles fósiles, hacia las energías alternativas y muestra de eso son los cuantiosos recursos que se invierten anualmente en este frente. Para 2017 la inversión total fue de más de USD 249.800 millones, casi duplicando las inversiones realizadas en capacidad de generación de combustibles fósiles, con lo que se constata la fortaleza de esta tendencia “Hoy en día, el mundo añade más capacidad de energía renovable al año que la capacidad neta que añade para todos los combustibles fósiles combinados”[4].
La transición que en este momento observamos es una tendencia que llegó para quedarse y en este sentido importantes indicadores económicos y ambientales a nivel global así lo corroboran. Durante 2016 las emisiones mundiales de CO2 provenientes de combustibles fósiles y de la industria se mantuvieron estables a pesar de que la economía mundial creció al 3% impulsando un importante incremento de la demanda energética.
¿Cómo es el uso de energías alternativas a nivel regional?
Latinoamérica ha recibido inversiones significativas en el segmento de energías alternativas. <<Solo hasta mediados de esta década, más exactamente para el periodo que comprende de 2010 a 2015, la región invirtió más de USD 80.000 millones, excluyendo las importantes inversiones realizadas en generación de energía hidroeléctrica>> (REN21, 2017, p 16)[5] Solo para el 2015 la región recibió más de USD 16.4 billones en inversión para energías alternativas, de los cuales USD 7.1 billones tuvieron como destino Brasil, quien percibió más del 40% del total de los recursos invertidos.
De acuerdo al reporte Climatoscopio 2015[6] América Latina y el Caribe se constituye hoy en uno de los destinos de inversión más atractivos en materia de energías alternativas. De los 21 países en desarrollo destacados para la inversión en este tipo de energías, 11 pertenecen a nuestra región. Así mismo es de destacar que varios de los países de nuestro continente han logrado que importantes porciones de su generación energética provengan de fuentes alternativas, al punto en que durante la década de 2006 al 2016 la capacidad instalada para la producción de energía alternativa creció un 48.6%, pasando de 151.6 Giga watts (GW) a 225.4 GW. De igual forma la producción de energía solar fotovoltaica ha experimentado un crecimiento muy acelerado, incrementando 18 veces su tamaño, tan solo en los últimos cinco años, para más ilustración a continuación mostraremos la composición de la capacidad instalada para la producción de energías alternativas a 2016:
- Las energías alternativas totalizan 225.4 GW de capacidad en todo el continente, esta a su vez se divide en:
- 80% Energía hidroeléctrica – 182 GW.
- 8% Energía producida a partir de Biomasa – 19.9 GW.
- 1% Energía eólica – 18.6 GW.
- 7% Energía geotérmica – 1.6 GW.
- 5% Energía solar fotovoltaica – 3.3 GW.
[1] Renewable Energy Policy Network for the 21st Century – REN21. Avanzando en la transición mundial hacia la energía renovable – Reporte de REN21 sobre la situación mundial de las energías renovables 2017 (2018). P 24.
[2] Los datos de inversión provienen de Bloomberg New Energy Finance (BNEF) e incluyen todos los proyectos de energía de biomasa, geotérmica y eólica de más de 1MW; todos los proyectos de energía hidráulica entre 1 y 50 MW; todos los proyectos de energía solar con menos de un 1MW estimado por separado; todos los proyectos de energía océanica; y todos los proyectos de biocombustibles con una capacidad de producción anual de 1 millón de litros o más.
[3] Renewable Energy Policy Network for the 21st Century – REN21. Avanzando en la transición mundial hacia la energía renovable – Reporte de REN21 sobre la situación mundial de las energías renovables 2017 (2018). P 6-7.
[4] Ibidem.
[5] Renewable Energy Policy Network for the 21st Century – REN21. Renewable Energy Tenders and Community Empowerment (2011). P 16.
[6] Fomin, UKAid and Bloomberg New Energy Finance, Climascopio (2015). Índice de Competitividad en Energía Limpia por País.